Esta historia que les narro, fue contada primeramente por mis padres y secundada por la viviente de la misma que es mi abuela.
Hace muchos años en la colonia San Rafael de la ciudad de México vivían mis padres recién casados, con mis abuelos paternos y mis tías en una casa que parecía boca de lobo (miren la fotografía de la casa hoy en día) ya que se encontraba en la parte baja de tres niveles y por cual razón que no había mucha luz dentro de la misma ya que el pequeño patio que tenia en la parte de atrás era cubierto por la misma construcción a si como la gran pared de un convento de monjas.
Cabe mencionar que la casita estaba dividida en una mini sala-comedor, una micro cocina que al mismo tiempo era el pasillo a una de las tres recamaras que daba hacia el patio donde se encontraba el baño, entre la sala y la cosina estaba la entrada a la recamara de en medio, que la única luz que recibía era la de el patio y la recamara siguiente es la que sale e la foto dando a la calle.
Bueno una de esas noches según me cuentan, ya todos dormidos a eso de las 12:00 am y 1:00 am ne la recamara de en medio dormían mis abuelos , en la de la calle mis tías y en la de el fondo mis padres, pero regresemos a la historia, ya que a la hora antes mencionada mi abuela se despertó de sobre salto porque sintió que algo no estaba bien y en efecto al despertarse miro una silueta de un hombre que caminaba hacia ella, la tomo de las manos y ella le pregunto…
-Quien es usted?
El sujeto la tomo por las manos y le respondió…
-Vengo por ti, vengo a llevarte conmigo!!
Acto seguido , mi abuela lo enfoca bien y se da cuenta que es el diablo en persona, después de forcejear logra aventarlo y dicen que tenían un vidrio de una mesa en la pequeña sala, que de repente al aventarlo ella miro como paso a través de un ropero , la pared y quebró el vidrio.
Mis padre y tías salieron rápidamente preguntando que pasaba ya que lo primero que se les vino a la mente es que se había metido rompiendo la ventana de la puerta de la entrada.
Cuando entraron a la recamara de en medio, encontraron a mi abuela hincada con las manos en alto con la señal de la cruz entre los dedos rezando, cuando le preguntaron que pasaba, ella les respondió.
-No pasa nada, mañana les cuento vallan a dormir.
Pero ella comento al día siguiente que el diablo estaba tirado junto a la pared donde el vidrio que nuca se rompió y continua orando asta que este se fue.
Dato curioso al contarles la historia a mis padre al día siguiente, en efecto el vidrio estaba intacto, pero mas curioso aun mi abuelo Q. P. D. estaba a su lado y no se percato de nada.
Después de mucho tiempo ella creyó olvidado ese tema asta que en fechas recientes en un par de ocasiones un perro negro de gran tamaño y ojos rojos la a despertado….
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