El sanatorio de Waverly Hills era una clínica para los enfermos de tuberculosis, que luego fue reconvertido en un asilo de ancianos y finalmente fue cerrado en 1961. A partir de allí comenzaron a suceder una serie de eventos inexplicables como luces misteriosas, sombras tenebrosas y cuchicheos en salones vacíos.

El fantasma de un hombre vestido de blanco suele aparecer en la cafetería o en los pasillos, afirmando la leyenda que se trata de un ex empleado del hospital que contrajo la penosa enfermedad y murió allí mismo. También suele verse el fantasma de una mujer que recorre las habitaciones con piernas y manos ensangrentadas reclamando ayuda pero luego desaparece sin dejar rastro.

Varios testigos aseguraron haber escuchado un coro de niños proveniente de los techos, justamente el lugar donde eran dejados para intentar curar su enfermedad con los rayos solares. De todos modos el cuarto piso es el más terrorífico de todos ya que allí las puertas se abren solas, gritos de dolor y espectros que aparecen de la nada, etc. conforman un cóctel explosivo.

En ese lugar un guardia de seguridad manifestó haber visto una cabeza flotar en medio de la oscuridad, destacando que ese lugar era el destinado para los enfermos terminales, que muchas veces solían morir allí…