En tiempos de la llegada de los españoles a San Antonio y Cartagena, los españoles comenzaron a apoderarse de los terrenos costeros y de todos aquellos que estaban cerca de los ríos, esteros y vertientes; la mayoría de los habitantes de estas áreas huyeron a otros lugares, pero muchos murieron por distintas razones.
Cuenta la leyenda que tras los españoles haber quitado a los indígenas su hogar, en las alturas de Llolleo aún más allá de los cerros, el último día de cada mes por las noches se veían a lo lejos las luces de grandes fogatas y se escuchaban los canticos ceremoniales, incluso hay gente que aseguraba ver entre las llamas los bailes de los que hay estaban.
Los nuevos habitantes de aquellas comunidades temerosos porque pensaban que en ese lugar hacían ceremonias y bailes a Satanás, reunieron antorchas, herramientas y armas para dirigirse a ese lugar y terminar con los rituales.
Se dice que los aldeanos bebieron para darse valor y así poder combatir con los habitantes de aquel lugar sin importarles nada, mataron hombres, mujeres y niños; el jefe de la tribu aún vivía y los maldijo por asesinar a su familia, pero los otros habitantes lo dejaron amarrado a un árbol el jefe de la tribu murió desangrado y comido por las aves de carroña mismas que se comieron a su familia.
Aquellas personas que cometieron aquel acto atroz comenzaron a sentir temor cuando después de tiempo veían reflejadas en la luz de las velas de sus casas las sombras de quienes habían matado. Tras un par de años todo lo ocurrido fue siendo olvidado hasta que una noche, nuevamente los lugareños comenzaron a ver luces de fogata y escuchar los canticos y ritos ceremoniales.
Asustados esperaron a que amaneciera para ir al lugar, al llegar vieron que había rastros de cenizas y huellas que confirmaban lo que habían visto; esperaron a que callera la noche y encontrarse con los indígenas pero nada ocurrió, cuando regresaban se comenzaron a escuchar y ver todo. Hasta el día de hoy hay quienes aseguran que aún se pueden ver las fogatas y escuchar a los indígenas cantar.
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