Esto le sucedió a un amigo de la familia hace más de una década, él fue a visitar a unos tíos y unos primos del estado de San Luis Potosí los cuales tenía mucho tiempo que no veía. Era la primera vez que viajaba a este estado pues sus parientes siempre lo iban a visitar a la capital.

Llego al mero centro de San Luis Potosí y fue preguntando como llegar a la dirección que llevaba anotada, lo fueron orientando y a la última persona que le pregunto le dijo – ya está cerca joven solo tiene que caminar dos calles más y dar vuelta a la derecha –. Como ya estaba cansado de venir caminando se tomó un refresco y de paso le invito uno a esta persona, pero el no acepto.

Estuvieron charlando un rato en lo que él se terminaba el refresco, ya que había saciado su sed y recuperado energía, agradeció nuevamente al señor que lo oriente y siguió su camino. Llego a la casa de sus familiares y fue recibido por su tía Aurora, le dio de comer y después su tía le dijo – tendrás que disculparme hijo tengo que dejarte solo, tu tío y tus primos llegan al rato yo tengo que ir a rezarle a un muertito –, no se preocupe tía – respondió – si gusta la acompaño.

Fueron al rosario de don Juanito y al entrar en la casa el sobrino vio que en la pared estaba colgada una foto y era la del hombre que horas antes lo había orientado para llegar a la casa de sus familiares. Cuando vio el retrato el joven le dijo a su tía – oiga tía ese señor fue quien me dijo como llegar a su casa incluso estuve charlando con él un ratito – la tía lo miro con escepticismo y le dijo – no creo hijo ese señor murió hace dos días, es a él a quien le estamos rezando –.