Esta leyenda nace en Venezuela donde la historia cuenta que vivía una joven de una belleza extraordinaria llamada Melisa. Llegada la adultez se casó con un hombre maravilloso, que no hacía nada mas que corresponder el amor que sentir la joven hacia el. Fruto de ese amor nació un hermoso hijo, que alegraba la vida de la joven familia.

En el pueblo vivía también un hombre mentiroso y mujeriego, que se enloquecía de amor por Melisa, a quien espiaba cada día mientras ella nadaba desnuda en el río, hasta que ella un día lo descubrió. Obviamente la joven corrió a esconderse, situación que aprovecho el mal hombre para decirle que no tuviera miedo, que sólo estaba allí para advertirle que su esposo la estaba engañando con su propia madre (obviamente una infame mentira).

Melisa enloqueció al oír esas palabras y sin más corrió hasta su casa (donde estaba sólo su esposo y su hijo) y llena de celos, la prendió fuego. Desde lejos se podían escuchar los ritos de desesperación del bebe y de su padre pero nada pudieron hacer los vecinos ante las voraces llamas.

Presa aún de la locura, Melisa fue a la casa de su madre y tras acusarla por la supuesta traición,la mató con un machete. La madre antes de morir gritó: “Jamás te mentí, y tu cometiste el peor pecado, matar, pero yo te condeno Sayona”.

Desde entonces la leyenda cuenta que a los hombres mujeriegos se les aparece una hermosa mujer, pidiéndole que les encienda un cigarro pero cuando aparece el fuego verán el horrible rostro de la mujer, muriendo del susto, de un infarto o acosado por el espectro que lo perseguirá hasta causarle la muerte.