Fui de las primeras en llegar a esta colonia de San Miguel – relata Doña Esperanza –, en ese tiempo, como en 1979 el rio que pasaba aquí era limpio.

Antes eran puros llanos y solo había como tres o cuatro casas, una de estas era la mía.

Mi casa aún no estaba bien construida, teníamos el baño afuera y era de láminas. Serían alrededor de las tres de la madrugada cuando me dieron ganas de ir al baño.me levante y, mientras estaba sentada en la taza oí un lamento muy fuerte.

Me dio mucho miedo y aunque no oí un ”AY MIS HIJOS” si escuche el llanto de una mujer.me asome por un hoyito que tenía una de las láminas y, como había luna llena distinguí algo ¡observe un bulto blanco que paso sobre el rio!

Me acorde entonces sobre lo que decía la gente que en ese rio se aparecía la llorona.