Hay mucha superstición en torno a estas aves místicas, siempre se ha relacionado con lo esotérico, es un ave enigmática y sagrada. Cuando se posan sobre una casa o cerca de ella anuncia embarazo. En antaño se creía que ese ser vendría con grandes cualidades de liderazgo y sabiduría, por lo que se le veía de buena suerte, así como de protección en los hogares. Las lechuzas no llegan a cualquier lugar, ellas escogen donde ponerse para dar avisos o protección de espíritus guerreros y de luz.

“Para los que incursionamos en el mundo espiritual nos volvemos muy afines a ciertos hechos que son extraordinarios, sin embargo ciertos eventos nos causan impresión.
Vivo en una zona montañosa pero nunca me había pasado algo así. Un día viví una situación bien escalofriante con una lechuza, fue precisamente el día que consagraron mi bóveda espiritual y me hicieron la misa de coronación para asentar Shango en la Osha.
Cuando había terminado todo y ya me encontraba sola con mis hijos y mi mamá, viendo como había quedado la bóveda comenzamos a sentir un ruido espantoso como unas carcajadas muy impresionantes y ensordecedoras.
Muy asustada empecé a buscar de donde venia ese ruido y vi que en la copa de una mata de aguacate estaba posada una lechuza mirándonos. Fue una experiencia muy fea, sentí mucho miedo, me pregunté: ¿tal vez casualidad?
Lloré del miedo no me avergüenza decirlo, sobre todo porque sentí que lo que se reía se burlaba de mí, sentí que me habían mandado a alguien maligno a vigilarme. Luego y aparentemente no pasó más nada… Lo que sucede es que uno se acostumbra a vivir con esas energías…
Yo toda la vida he sido muy perceptiva; veo, siento y oigo cosas, tal vez por eso no le di más importancia ni fuerza a ese asunto, lo que más me impresionó fueron las carcajadas.
No quisiera volverlo a vivir, ese animal se reía y me veía con esos ojos gigantes, en lo que hicimos ese contacto visual voló y se fue… Fue espantoso tuve miedo, no sabía qué hacer, no obstante al contarlo ahora me río pero nunca olvidaré esa experiencia.”