Los Reyes Mayos eran maestros de Grandes Escuelas de Sabiduría: Astrología, Magia y Alquimia, representación de la Sabiduría Divina de las maestrías. Tanto en la Biblia, Evangelio de San Mateo, como en la tradición, se habla de una enigmática Estrella ó manifestación Cósmica que acompañaba una profecía que guió a los Reyes Magos.
Las Sagradas Escrituras no mencionan el número de magos, ni sus razas, ni las edades, solo que venían del Oriente. Pero existe una leyenda en torno a ellos de un cuarto rey mago llamado Artaban, basado en el cuento navideño “El otro rey mago” de Henry van Dyke, y que según la tradición su obsequio eran piedras preciosas.

el-cuarto-reymago2Cuentan que debía llegar al punto de encuentro de los reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, pero interrumpió su viaje por distintas circunstancias; tormentas de arena, socorriendo a los más necesitados que desviaron el curso de su destino y no pudo encontrarse con la caravana de los reyes del Oriente. La estrella ya no brillaba en el firmamento, rehízo la marcha y cuando llegó a Belén un lastimero llanto se elevaba por las calles, madres aterradas con sus pequeños en los brazos bañados de sangre, los cuales eran asesinados por orden del rey Herodes, al enfrentarse a los soldados es apresado, durante el encierro fueron llegando ecos de los prodigios, consejos y promesas de un Mesías que no era sino el Rey de Reyes que no pudo ir adorar. No obstante se cuentan otras versiones.

Finalmente fue liberado, era el mediodía de un Viernes antes de la Gran Fiesta de Pascua, los que regresaban del Gólgota comentaban que allí estaba agonizando en una cruz el Mesías y solo llegó para verlo espirar.

El cuarto rey imploró perdón por no haber cumplido su misión de adorarlo.

_Perdóname mi Señor, llegué tarde para adorarte.—Entonces se escuchó una voz.
_Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste.
_¿Cuándo hice yo esas cosas?
_Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el Reino de los Cielos.
Jesucristo muere en la Cruz, tiembla la tierra con espantoso clamor, se abren los sepulcros, los muertos resucitan, se rasga el velo del templo y caen los muros.

Y es así como a partir de allí, muchos especulan el por qué el cuarto Rey Mago Artaban nunca llegó a su destino, y que quizás fuerzas demoniacas o energías malignas desviaron el curso de su destino perdiéndose para nunca llevar ese presente al Niño Jesús y adorarlo, pues Satanás envidioso se propuso impedirlo.