Reunidos un grupo de amigos, casi al final de la tarde, Carmencita y Jesús recordaron una extraña historia que sucedió en “El Sector La Línea”, pues sus abuelas eran brujas, se detestaban y siempre se peleaban, así que tenían que jugar a escondidas, siendo testigos oculares de los hechizos y maldiciones que se lanzaban constantemente para demostrar cuál de las dos tenía más poder. Tenían tiempo sin verse, y un día Jesús le pregunto.
_Carmencita, ¿qué te pasa?, te siento muy triste.
_Es que mi abuela está enferma, creo que tu abuela le lanzó un conjuro, porque empezó a sentir mal desde la última vez que pelearon.
El niño se sintió mal por las acusaciones de su amiga, pero no dijo nada. Cuando llegó a su casa escuchó a su abuela.
_¡Esa condenada vieja se va a morir, me dañó mis matas… ahora no tengo cómo hacer mis pociones, eran herencia de mi madre, fue esa vieja inmunda la que vino de entrépita a espiarme en forma de gallina, la atrapé y la voy a condenar a penar…
_¿En forma de gallina?—Preguntó Jesús pálido.
_Si mijo, algunas brujas tenemos la potestad de que nuestro espíritu se meta en cualquier animal, por eso podemos ir a cualquier sitio apropiándonos del cuerpo de un animal; gato, perro, todo tipo de ave, sobre todo zamuro, lechuza y gallina. ¿Cómo crees tú que nos enteramos de tantos secretos?
Jesús no dijo nada, se fue al gallinero y se fijó en la nueva gallina encerrada en una jaula, no comía, así que corriendo le avisó a su amiga.
_¡Carmencita, tengo algo muy importante que decirte, mi abuela tiene una gallina encerrada y tiene los ojos igualitos a los de tu abuela!
_¿Cómo dices?
_Escuché a mi abuela Juana decir que atrapó a la vieja Carmen en forma de gallina con los granos de mostaza.
_¡¿Tú eres bobo muchacho?!, ¿cómo mi abuela va a ser una gallina?
_¡Te estoy diciendo la verdad, esa gallina no come ni toma agua y se está secando, es decir; se está muriendo, así como tu abuela! Ven conmigo esta noche que te voy a enseñar la gallina embrujada.
Los niños esperaron impacientes la llegada de la noche, cuando el sol se ocultó en el horizonte ya Carmencita estaba por la parte de atrás del corral escondida entre las matas de cambures. Jesús le hizo señas para que se acercara, en un principio la niña no notó nada extraño, era una gallina como cualquier otra, pero sus ojos, ¡eran humanos!, la gallina comenzó a cacarear como enloquecida. En ese momento se asomó por la ventana la vieja Juana presintiendo algo por lo que los niños se escondieron.

_¡Aquí estás condenada bruja Carmen y aquí te vas a quedar hasta que te mueras desgraciada entrometida! ¡Te juro que me la vas a pagar, que te voy a sacar del medio, ya no me espiarás más!—Le echó los granos de maíz con desprecio y se fue. Los niños salieron de su escondite, estaban temblando del susto.

_¡Debemos soltar la gallina!—Dijo Carmencita desesperada.
_¡Tú estás loca, mi abuela va a saber que fuimos nosotros!
_¡No me importa, mi abuela se va a morir si su espíritu sigue encerrado dentro de esa gallina y no regresa a ella!—Decía llorando.
_Está bien, como tú quieras.
La niña comenzó a soltar el alambre de la jaula y la gallina desesperada revoloteaba emprendiendo la huida desapareciendo en la oscuridad.
_Hay Jesús, si a esa gallina le pasa algo mi abuela se muere y su alma va a quedar penando.
_¿Cómo que penando?, ella es una bruja, lo que tiene que hacer es regresar al cuerpo del que salió, ya lo verás.

Verdad o mentira, al día siguiente la abuela de Carmencita se estaba levantando de la cama, y contaba que había sido víctima de embrujo y que su alma estuvo atrapada en una gallina.