En la mayoría de los lugares donde trabaja la gente en grupo y rolando turnos, se cuentan historias de aparecidos. En por lo menos cuatro diferentes lugares a donde he estado me han contado la historia de la niña que aparece por las noches.
Esta historia más que de terror es de misterio, ya que no he podido encontrar explicación a lo sucedido.
Me encontraba trabajando en una fábrica de botellas donde teníamos que revisar un sótano en donde se re circulaba el vidrio de desecho.
Me habían comentado que tuviera cuidado por las noches, ya que se aparecía un hombre sin cabeza; se creía que era de un trabajador que había sufrido un accidente en ese lugar y murió cuando se le corto la cabeza con una transmisión de máquina.
Una noche en que baje solo a revisar las tinas de choque térmico observe movimiento en la parte central de las máquinas, me acerque ya que era peligroso y nadie a excepción de mi podía estar ahí. Para cruzar de un lado a otro de las máquinas había una escalera de puente; me subí a ella para tener una mejor visión y alcance a ver a una niña saliendo por uno de los extremos del sótano (existían dos salidas en este). Corrí para ver si la alcanzaba, afuera la gente trabajando normalmente como si fuera de día. Les pregunte si no vieron salir una niña como de 10 años pero se comenzaron a reír y me dijeron que tuviera cuidado porque ahí espantaban.
Los siguientes días estuve vigilando las entradas del sótano y bajaba para hacer mis inspecciones rutinarias. Una semana después, ya había olvidado el incidente y baje; al voltear al puente de escalera vi a la niña con su carita triste señalándome una máquina y haciendo señales de que no me acercara. Cuando iba a su encuentro bajaba de la escalera y corría al extremo contrario de la salida. Esto me sucedió en varias ocasiones, hasta cambiar de turno.
Meses después nació mi hija, y nunca más volví a ver a la niña, aún cuando regrese al turno de la noche.
10 años después trabajando aún en esa empresa, mi hija me pidió que ese día me quedara con ella. No accedí, ya que me tomaba muy en serio mi trabajo. Esa noche baje al sótano y tuve problemas con la maquinaria, ante la presión, me descuide y sufrí un accidente muy grave; me llevaron al hospital de urgencia y me tuvieron que amputar las piernas.
Cuando me restablecí, recibí la visita de mi esposa e hija. Al ver el rostro de mi hija me sobresalto un miedo extraño y me hizo recordar; ella era la niña que había visto aparecerse en el sótano con su carita triste y que me avisaba que no me acercara a esa máquina.
Mi hija antes de nacer me había prevenido de ese accidente.
¿Cuántos de nosotros ponemos atención a ese tipo de avisos? ¿Cuántos ponemos más atención al trabajo que a la familia?
- Comparte este articulo:
- Twittear