Les cuento que fue como en agosto del año 1993 acabando yo de llegar de mi trabajo y pasé por donde una novia que tenía en esos días, desde las 6:30 pm hasta casi las 10:00 pm porque estaba bien enamorado y cerca de mi casa. Llegué a casa me bañé, comí y tenía por costumbre prender música con un enorme reproductor-grabador como el de Casanova 90, al ponerlo a sonar en mi balcón no me percaté de que el equipo estaba encendido con alto volumen y mal enchufado, vaya sorpresa cuando lo conecté, sonó la música de golpe en alto volumen, sonó un merengue dominicano muy sonado al momento en las emisoras de Caracas recuerdo yo, con el impacto del sonido lo que vi que salió de al lado de mi casa donde había una mata de toronja, un enorme zamurote negro como del tamaño de una persona y el aleteo se escuchaba fuerte aun ya estando lejos que voló de cerro a cerro metiéndose directo a una casa del cerro del frente.

Vivo en un barrio llamado José Félix Rivas en Petare era una casa justo detrás de la de un compañero de clase que cuando yo iba para allá me contaban de que esa señora de allí era bruja, porque el papá del compañero de estudio y mi pana a la vez me contó que su papá una vez la había atrapado con un espejo y la reventó a palos y no la quiso matar, simplemente le dijo:

_”VEN MAÑANA POR SAL”

Y al siguiente día quien tocó la puerta de esa casa tempranito fue esa señora pidiendo un poquito de sal, estaba bien golpeada y moreteada, quien por cierto ya tiene varios años de muerta, pero dejó una tremenda fama de bruja en el barrio hasta la fecha.”