Se dice que hace mucho tiempo dos jóvenes hermanos caminaban cerca de los ojos del mar de Llolleo, cuando a uno de ellos le pareció a ver visto algo que se movía debajo del agua le comento a su hermano pero él no le prestó atención así, curioso por saber qué era lo que él había visto se acercó a la orilla el otro joven al ver que su hermano caminaba hacia la orilla le dijo que no se acercara mucho porque podía caer dentro y él no sabía nadar.

El menor no hizo caso a los consejos de su hermano ya que se sabía que el muchacho tenía fama de romper las reglas así que se acercó lo más que pudo sin darse cuenta de que donde pisaba no era muy estable resbalando y cayendo al agua, el mayor al ver que su hermano había caído al agua se acercó para tratar de salvarlo pero el joven menor en su intento por salir jalo a su hermano. Ambos hermanos murieron ahogados y sus cuerpos que fueron encontrados al día siguiente cerca del rio fueron sepultados ahí mismos, cerca del rio.

Al poco tiempo de la muerte de los dos hermanos las personas comenzaron a escuchar pasos, muchas personas decían a ver visto dos sombras por entre los corrales de sus animales los cuales amanecían muertos y desangrados, otras decían a ver visto dos pares de ojos mirándolos fijamente de entre la oscuridad de la noche; los pobladores asustados y conscientes de que todos esos sucesos comenzaron desde que aquellos muchachos murieron decidieron sacar sus cuerpos del lugar donde los habían enterrado.

El día que fueron a sacar los cuerpos de los hermanos se llevó una gran sorpresa al ver que sus cuerpos se encontraban en perfecta condiciones a pesar de que ya llevaban muertos un par de meses, pero su ropa y sus zapatos se veían desgastados, tal como si salieran de sus tumbas y caminaran, la ropa de ambos muchachos tenían manchas de sangre algunas frescas y otros ya secas.