Esta historia es completamente real. Un amigo en su adolescencia, quiso venderle su alma al diablo a cambio de muchas cosas, una de ellas dinero. En un inicio, lo hizo jugando, compartiendo su travesura con otro amigo.

Tomaron una hoja de papel en blanco, y en ella escribieron sus nombres y peticiones. Como mi amigo tenía algunas nociones sobre brujería, dibujó unos símbolos satánicos; sólo les faltó firmar el pacto con sangre, pero lo quemaron, dándole cierta validez al ritual de vender el alma al diablo.

A los pocos días de hacer este conjuro, les comenzaron a ocurrir hechos inexplicables. Mi amigo tuvo un sueño muy macabro. En este sueño, vio a una cabra – que representa al Diablo – la cual de repente desaparecía y se transformaba en una luz color esmeralda. Escuchaba una voz que le decía “tienes que finalizar el pacto, debes firmar el contrato”. Él comenzó a rezar un padre nuestro, y una ráfaga de aire caliente lo envolvió y le dijo: “tus rezos no me hacen nada”. En ese momento despertó sudando.

El otro chico, por los mismos días, vivió algo más aterrador, pues él estaba despierto cuando estando en su cama, a punto de dormir, vio que una especie de neblina salía por abajo. Quiso levantarse y no pudo, una extraña fuerza se lo impedía. Acto seguido escuchó una voz que le lanzó una terrible advertencia: “por estar jugando conmigo morirás, firma el pacto”.

Mi amigo y él se encontraron por casualidad y, sin que los dos se contaran lo que había ocurrido, se pusieron de acuerdo para ir a platicar con un sacerdote, pues estaban muy asustados. Fueron a la iglesia, pidieron hablar con un cura, le contaron lo que habían hecho y después de ser duramente regañados, el sacerdote se puso a rezar con ellos. A partir de ahí, no tuvieron más manifestaciones sobrenaturales.