Vivo sola con mi hermana menor, tiene 12 años. Nuestros padres se fueron a vivir a otro país buscando un mejor empleo para darnos a mi hermana y a mí una mejor calidad de vida, enviándonos dinero para nuestro sustento. Una noche luego de jugar como solíamos hacer antes de dormir, mi hermana y yo nos fuimos a acostar. Mientras ella dormía profundamente una voz le susurraba al oído que me matase, que era lo mejor, que yo no la quería y que ella era una carga para mí. Cuando se despertó corrió rápidamente hacia la habitación donde yo estaba durmiendo, me abrazó muy fuerte y me dijo que no me durmiese, que una voz la mandó a asesinarme. Yo no quería creerle pues ella siempre inventaba historias ya que la falta de nuestros padres la hacían ser mentirosa y querer llamar la atención, aunque no entendía la razón, porque ella siempre fue mi prioridad.

Cada día era más difícil convivir con mi hermana, su semblante había cambiado por completo luego de haber escuchado aquellas veces esa voz. Hablar con ella era difícil, no quería hacer tareas y tampoco quería hacer caso. Cierta noche ella quiso dormir más temprano que de costumbre y yo como no tenía nada que hacer también me fui a dormir. Empecé a oír ruidos en la cocina a media noche, era mi hermana que estaba buscando el cuchillo más afilado para matarme como le había pedido la voz. La sorprendí por la espalda diciéndole su nombre completo, cuando ella volteó estaba muerta y sin ojos. Salí corriendo y nunca más volví a esa casa.