Una de las experiencias más extrañas que he vivido – me relata un contador público de nombre Cesar me ocurrió en los años 80. Yo tenía un compadre de nombre Felipe al que conocí cuando entramos a la preparatoria, nos llevábamos tan bien que nos decíamos compadres aunque en realidad no lo éramos.

Cuando salí de la universidad y comencé a trabajar en forma nos llegamos a distanciar un poco pero no por alguna pelea, simplemente por la falta de tiempo. El caso es que una vez que fui a ver unos clientes a una empresa que quedaba cerca de su casa pase a saludarlo.

Toque a su puerta y todo lucia normal, aunque tardo en salir a abrirme. Estuvimos platicando amenamente incluso tomamos cervezas que ahí tenia, nada extraño vi o sentí en ese momento solo que dos días después que regrese me entere por uno de sus vecinos que él llevaba dos meses de muerto.

No sé si regrese en el tiempo o que fue lo que realmente paso.