Uno de mis primos me conto la siguiente experiencia.

Venia de un entrenamiento de futbol americano. Era de noche y manejaba a gran velocidad, al pasar por una curva, se me atravesó una niña de aproximadamente seis años; como se cruzó tan rápido no tuve tiempo de frenar y la atropelle.

Baje del auto hecho un manojo de nervios y comenzó a buscarla con una lámpara de mano. Recorrí varios metros a la redonda y no halle nada. El auto no tenía sangre y tampoco ninguna abolladura.