Pues recordó que una vez su abuela le había regalado una medalla de San Benito Abad, diciéndole que era muy importante, pero él no pareció en ese momento prestarle la debida atención, sin embargo se le quedó grabado que “lo protegería del mal” y la usó un par de veces por imposición de su abuela, después que algo extraño le ocurrió con la misma.
Pues un día que se preparaba para ir al velorio de un amigo, buscó dinero en una gaveta encontrándose con la medalla, y la colocó en su cadena junto a otros dijes. No obstante cuando entró en la capilla de la funeraria mientras saludaba a los deudos para darles las condolencias, la medalla comenzó a molestarle, y al acercarse al féretro donde yacía su amigo se intensificó aún más quemándolo la piel el metal, por lo que se la quitó, y desde ese día no se la puso nunca más, ya ni siquiera recordaba donde la había tirado.
Su interrogante era: ¿por qué le había pasado eso?. Primeramente le advertimos que esa medalla protegía contra las cosas malignas, pues no es cualquier sacramental, sino una medalla con el poder de exorcismo ritual, que al quemarle era solo indicio de que algo maligno estaba presente en la funeraria y la medalla con su efecto sagrado lo estaba bloqueando pues el lugar estaba infestado por alguna presencia invisible, impalpable.
Le pedimos que nos contara más sobre el muerto, según su testimonio, a su amigo por razones desconocidas le habían montado un trabajo de brujería, desde entonces había presentando una serie de accidentes, entre ellos en el que había quedando maltrecho, y tras varias operaciones fallidas tuvieron que amputarle finalmente la pierna.
Eso lo dejó devastado, decía que prefería estar muerto y se deprimió mucho, entonces su tío muy creyente le aconsejó que siendo la pierna parte de su cuerpo la enterrara en el cementerio en la fosa de la familia, aquello le pareció horrible, no quería pasar por eso y la mandó a quemar. Ciertamente había sido un gran error no haber enterrado la pierna, pues debía oficiarse un velorio con su entierro tradicional como se hace con una persona.
Se asegura que desde allí surgieron varios episodios paranormales, con extrañas paranoias de persecución, sentía que por las noches seres que nadie más podía ver lo visitaban en su habitación, escuchaba voces macabras que repetían siniestramente que pronto moriría.
Acudió a siquiatras que le recetaron antidepresivos, luego a curiosos que rechazaban consultarlo, pero nada, fue así como no quiso salir más, ni usar las muletas, hasta que finalmente murió.
Uniendo los cabos sueltos todo su tormento se debía a que se había involucrado en prácticas oscuras y sacrílegas equivocando el sendero, y en un tiempo quiso alcanzar cosas que lo comprometieron con el mundo espiritual, por lo que no pudiendo manejar la situación había renunciado a las mismas tras varios eventos violentos. Pero todos esos secretos se llevó a la tumba, y es así como esos espíritus o demonios lo perturbaban día y noche, los mismos que sintieron la presencia de Beto que portaba la poderosa medalla cuando fue a la funeraria a despedir a su amigo.
Le explicamos que el origen de esta medalla comenzó con el propio San Benito padre de los monjes que usó la cruz como signo de salvación, verdad y purificación de los sentidos. Se cuenta que quebró el vaso que contenía el veneno con la sola señal de la cruz, y cuando los monjes fueron perturbados por el maligno, les mandó a que hicieran la señal de la cruz sobre sus corazones, símbolo de la Pasión salvadora de Nuestro Señor Jesucristo, que venció el poder del mal y de la muerte. Cosas parecidas por las que estaba pasando su amigo; infestación, quebranto de los sentidos y persecución, que quizás si hubiese recurrido a la ayuda espiritual correcta y se le hubiera practicado un exorcismo ahora estuviera vivo.
Tanto “El Rosario”, como “La Medalla” o “Cruz de San Benito o Benedicto” es un signo sagrado, pero para que produzca efecto espiritual, debe poseer una bendición sacerdotal especial, cuyo texto se encuentra en el Ritual Romano de las bendiciones, se le atribuye poder contra los males que pueden afectar el espíritu y tentaciones. Por enfermedad muchos creyentes suelen ponerla en la parte adolorida del enfermo, y en caso de animales se puede sumergir en el agua que ellos beben.
Se puede llevar colgada al cuello sin el acompañamiento de ningún abalorio, pero no en contacto con la piel, cosa que hizo nuestro amigo, también se puede colgar en la pared, en los cuadros o en las puertas de las habitaciones para protección.
(Círculo de Miedo)
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