Se cuenta que en un pequeño pueblito llamado Lo Abarca, al interior de la ciudad de Cartagena, fue muerto un hombre por el camino que lleva a las Pataguas,  ese camino pasa por una quebrada muy inclinada y donde no se puede ver nada durante la noche.

Los pobladores de Lo Abarca creían que el  hombre había hecho un pacto con el diablo ya que ellos sabían que aquel hombre tenía problemas de dinero, pero de un momento a otro sus problemas se terminaron y ese hombre pudo salir de sus deudas.

Se dice que el pacto consistía en que si el hombre no pagaba lo acordado a él diablo, él le soltaría de las grandes cadenas a sus feroces perros y les ordenaría que lo molestaran en su tumba más allá de la eternidad. Como el hombre fue asesinado y no murió de causas naturales como una enfermedad el diablo cumplió su promesa y le soltó a sus feroces perros con todo y sus grandes cadenas, los perros siguiendo las órdenes del demonio fueron corriendo hasta el lugar donde habían enterrado a aquel hombre para molestar su alma hasta la eternidad.