Este mismo año, hace muy muy poco, una chica del sudeste de Francia, de 25 años, Mina el Houari, viajaba a Marruecos llena de felicidad, porque iba a conocer al hombre que amaba. Se conocieron por internet, y pronto una química especial surgió entre ellos, manteniendo una intensa relación que la llevó a dar el paso de viajar y formalizarse como pareja. Sin embargo, Mina, ya el primer día dejó de responder a las llamadas de sus amigos y familiares, que preocupados contactaron con las autoridades, dandoles los datos del hombre al que había ido a conocer. Al llegar a su casa, lo primero que llamó la atención fue una zona rectangular de tierra removida en el jardín.

Mina, era diabética, y durante su primera cita, al llegar a la casa del hombre, cayó incionsciente por una crisis. El hombre dijo que la creyó muerta, y de forma inexplicable, en vez de pedir asistencia, entró a la casa a por una pala.

La autopsia fue clara, cuando sintió que se asfixiaba, Mina despertó, pero ya tenía demasiada tierra encima como para poder escapar. El hombre al que amaba, la había matado enterrandola viva.