Cerca de Lo Gallardo hay un camino de eucaliptos, que lleva a un puente viejo cerca del pueblo de las Rocas; se dice que por este camino de eucaliptos había una cueva donde se encontraba la imagen de un santo al cual todos los habitantes eran muy devotos.
Cada vez que un lugareño tenía algún problema difícil caminaba por varias horas para recurrir a este Santo; para llegar hasta la cueva tenían que pasar por caminos muy difíciles, al llegar a la cueva los fieles prendía una vela al santo y le rezaban, pues todos decían que aquel santo era muy milagroso.
Se dice que cuando los fieles se alejaban para regresar a sus casas, algunos volteaban a mirar su vela que no se apagara por el aire, y lograban ver pasar una sombra muy extraña, todos decían que era una persona pero con cabeza de puerco. Al volver a mirar decían que ya no veían la flama de la vela y al regresar esta ya no estaba.
La leyenda dice que en el pueblo de Talagante había una mujer que se dedicaba a la brujería, pero que por esa misma situación ella no encontraba marido así que decidió hacer un pacto con el diablo para que este le consiguiera un hombre que la desposara, el diablo accedió pero a cambio le pidió que matara un puerco, la mujer así lo hizo y el diablo cumplió su promesa, tiempo después la señora quedo embarazada.
Cuando el niño nació se dieron cuenta de que tenía la cabeza de un puerco y el esposo la abandono, en venganza porque el marido el dejo ella crio a su hijo en una porqueriza pues le daba vergüenza que supieran que él era su hijo. Algunos piensan que esa sombra que veían pasar era aquel niño quien se llevaba las veladoras porque su luz le gustaba.
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