Eduardo jamás había creído en fantasmas, pero lo que vivió le hizo cambiar de parecer. Él se encontraba estudiando en su habitación porque al día siguiente tendría un examen, todo marchaba con normalidad pero de repente sintió la necesidad de mirar hacia atrás.

Al hacerlo cerca de la puerta estaba su amigo Roberto, le dijo – no te escuche entrar, que paso como estas – volteo para dejar el libro y cuando se levantó para saludarlo el ya no estaba. No le dio mucha importancia porque creyó que se había ido a platicar con su mamá, después de 10 minutos después de que termino su estudio salió a buscarlo a la sala pensando que ahí estaría pero al no velo le pregunto a su madre – oye y Roberto donde esta –, su mamá le contesto – Roberto no ha venido hijo –.

Se le hizo muy raro pero así lo dejo ni siquiera le llamo a su casa, al día siguiente ya que había regresado de la escuela su madre lo recibió con la triste noticia de que Roberto se había suicidado. La hora en que Roberto se quitó la vida coincide en el momento en que Eduardo lo vio en su habitación.