Un día estábamos reunidos en la casa vieja de la Pastora toda la familia, para celebrar las bodas de oro de mis abuelos paternos, cincuenta años de casados, y también habían sido invitados mis abuelos maternos pues tenían una larga amistad. Cuando de pronto ya todo mundo cansado y algo tomados escuchamos un sonido extraño; un canto o grito, que sé yo, fue escalofriante, tenebroso, nadie sabía definirlo, y recuerdo bien que todos los perros de la vecindad comenzaron a ladrar.


La abuela materna se persignó tres veces seguidas diciéndonos que ese era el canto de la Yacagua que anuncia a la Sayona.


_¿La Sayona?
_Si Beto, es un espanto tenebroso que se le aparece a los hombres, pero por sobre todo a los atrevidos y mujeriegos, ella se persona en forma de mujer hermosa y seductora y los extravía, algunos regresan otros no, pero al final los conduce al cementerio para vengarse de ellos.


_Es muy cierto lo que cuenta tu abuela Otilia.—Intervino el abuelo Erasmo.—Ese es un cuento de espantos y aparecidos de épocas pasadas, mi abuelo me contó que las calles y plazas son atravesadas por una espeluznante mujer vestida de negro. Ella era casada, y según dicen su suegra la maldijo por engañar a su hijo que estaba en la guerra, murió en combate, a partir de allí se vistió de negro como una viuda.


Los hombres presentes guardaron silencio con aquel viejo cuento venezolano, son muchos los pájaros como la Yacagua, el Chaure, la Lechuza y la Pavita, todas son aves del mal agüero que dan tenebrosos presagios, por eso cuando se escuchan se debe santiguar tres veces seguidas.