Tomas un sabroso plato en un restaurante. Felicitas al chef por su maestría. Él sonríe sabiendo que no imaginas lo que te acabas de comer” Dawn, esposa del chef David Viens, desapareció sin dejar rastro en Los Ángeles en 2009, sin que ninguno de los dispositivos de busqueda que se pusieron en marcha, lograran localizarla.
El apenado esposo cayó en una severa depresión por la falta de su amada, que culminó en 2011 con un intento de suicidio. Sólo fue entonces cuando admitió lo sucedido con su esposa. David, la había asesinado y trasladado su cuerpo al restaurante, en donde lo preparó, y lo introdujo en un horno industrial en donde la cocinó durante 4 dias a fuego muy lento hasta dejarla perfectamente al punto.
El chef describió ante los horrorizados policias todo el proceso con gran lujo de detalles. Aunque lo que no está esclarecido es lo que sucedió con el cuerpo cocinado.
Ningun resto de la esposa, por mínimo que fuera, fue encontrado jamás, aunque los clientes del restaurante, siempre tendrán la sospecha de que fue repartida por diversos platos del menú del día.
Y es que, casi siempre, donde mejor se come, es en nuestra propia casa.
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